Cuando empece a estudiar Humanidades sufrí un shock fundamentalmente por dos cuestiones: la gran cantidad de trabajos que había que realizar y la obligaroriedad en muchas asignaturas de hacer una o varias exposiciones públicas . La Universidad que yo conocía era totalmente distinta y el sistema se basaba básicamente en el estudio de una serie de apuntes, que la mitad de la veces se conseguían en las copisterías o de manuales de las distintas asignaturas y un examen sobre preguntas del temario. La asistencia a clase no era en modo alguno necesaria y no se realizaba generalmente ningún trabajo ni mucho menos presentaciones. Se podía aprobar una carrera sin que el profesor y tus compañeros te hubieran visto paracticamente la cara durante cinco años.
Creo grosso modo que el sistema actual no solo es más exigente sino que prepará más correctamente para la vida profesional . En concreto, el desarrollo de la habilidad para hablar en público es fundamental no solo para aquellos que se van a dedicar a la docencia - cuántas veces hemos agradecido un profesor que sepa hablar para la clase, que sea ameno, que no se limite a recitar de manera monocorde sus conocimientos- sino que exponer lo que se sabe delante de los demás de manera convincente es un excelente método para ganar confianza en uno mismo . Y por experiencia se que esta confianza es fundamental a la hora de un trámite obligado para casi todos: la entrevista de trabajo.
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